Recreo de SUTEBA- Tigre

El recreo se encuentra emplazado en una isla de 10 hectáreas en donde también contamos con cinco módulos con cuatro cabañas cada uno. Además hay una pileta de 25 metros, otra más chica, canchas de fútbol –junto a las de basquet, paddle y voley–, y un sector de parrillas. En la planta baja del hotel funciona un restaurante con vista al río, y más atrás también hay una proveeduría.

En un área aparte está el camping –que funciona en verano–, dos quinchos para fiestas y un módulo de dormis para grupos de hasta 30 chicos, donde muchos grupos de colegios vienen a pasar unos días.

¿Qué posee el recreo?

  • 10 hectáreas arboladas de las cuales más de la mitad están habilitadas.
  • 2 quinchos: uno totalmente equipado con capacidad aproximada para 600 personas y otro más chico para 200personas.
  • 50 parrillas individuales con mesas y bancos al aire libre.
  • 2 piletas de natación una grande y otra mas chica para niños.
  • Canchas de fútbol una con medidas de tipo profesional.
  • 1 cancha de padle.
  • 1 playón polideportivo donde se pueden practicar distintos deportes.
  • Juegos infantiles.
  • Lancha propia.
  • Proveeduría.
  • Casa principal (el Hotel) de fines del siglo XIX con restaurante para 150 comensales y 7 habitaciones con hogar y baño privado.
  • 2 bloques de sanitarios: uno cerca del quincho y otro cercano al camping, ambos equipados con duchas, lavabos, sanitarios, cambiador para bebés, baños para discapacitados y agua caliente las 24 horas.
  • Veinte cabañas distribuidas en 5 módulos. Cada cabaña consta de 4 plazas, baño y ducha con agua caliente. Están ubicadas a 250 metros de la entrada principal al Recreo, y elevadas a 2,5 metros del suelo debido a las condiciones climáticas de la zona. Se accede por medio de escaleras.
  • Albergue Juvenil para Sutebitas con comedor con capacidad para 60 personas.
  • Consultorios médicos en temporada alta.
  • Servicio de guardavidas.
  • Servicio de emergencias médicas.

¿CÓMO ACCEDER? HORARIOS DE CRUCE EN LANCHA

En las calles Saldías y Liniers se encuentra el Muelle del SUTEBA. Allí se aborda la lancha sin cargo y, tras un corto trayecto, se accede al Recreo para disfrutar de la belleza natural y de todas sus instalaciones.

 TEMPORADA BAJA (a partir del 15 de febrero)

  • – Miercoles y jueves de 9 hasta las 19 hs.
  • – Viernes de 9 hasta las 21 hs.
  • – Sabado de 9 hasta las 23 hs.
  • – Domingos de 9 hasta las 21 hs.
  • En todos los casos la lancha cruza cada 1 hora.

 TEMPORADA ALTA

  • – Lunes a Lunes de 9 a 23 hs, cada 30 minutos hasta el 1 de marzo.


ESTACIONAMIENTO
El Recreo no posee estacionamiento propio. En las inmediaciones del muelle se encuentran estacionamientos privados que no tienen convenio con nuestro Sindicato.

NO ESTÁ PERMITIDO INGRESAR CON MASCOTAS NI CON BICICLETAS.

La Casona

«La Casona», así llamamos los afiliados de SUTEBA al Hotel del Recreo, ocupa una superficie cubierta de setecientos metros cuadrados y está ubicada frente al histórico edificio del Tigre Club, sobre el río Luján. Y la llamamos así justamente por tratarse de una elegante casona de estilo inglés con antiguas habitaciones cuidadosamente recicladas, emplazada entre una notable arquitectura de antiguos clubes de remo y palacetes de comienzos del siglo XX, edificios coloniales y el emblemático Tigre Hotel, hoy museo de arte.

Nuestra «Casona» es una de las mansiones históricas más elegantes de todo Tigre, sobre la costa del río Luján, a pocos minutos de la estación fluvial. Su construcción se remonta al año 1890, según planos de los hermanos Inglis, arquitectos ingleses que proyectaron importantes construcciones como el Colegio Santa Brígida en Buenos Aires, o varios edificios públicos en Rosario; y habría pertenecido a la familia Bullrich en los tiempos dorados de Tigre, cuando la oligarquía porteña había convertido la zona en un exclusivo reducto dominical.

El estilo de la casona de dos pisos es una mezcla de Tudor –muy común en las viejas casonas de Mar del Plata– con el llamado Anne Queen. Fue construida con ladrillos provenientes de la conocida fábrica del río Carabelas Grande, y se ingresa por unos peldaños de mármol blanco y una gran puerta de pinotea de cuatro metros de alto. En el interior están el comedor –hoy restaurante- y una escalera de madera con barandas torneadas que conduce a los cuartos. Junto a la escalera hay unos maravillosos vitrales con figuras geométricas y dibujos antiguos con escenas de caza. De acuerdo con el gusto de comienzos del siglo XX –cuando el neorrenacentismo estaba de moda–, en el cielo raso hay frescos originales con imágenes de querubines. Las habitaciones son muy espaciosas, con grandes armarios antiguos, techos muy altos y vista al río. En la noche el silencio es absoluto y por la ventana se ve la fastuosidad nostálgica del renovado Tigre Club, iluminado como en sus días de esplendor. Cada cuarto tiene un hogar a leña y calefacción con tiro balanceado.

Casi en su totalidad, los accesorios de construcción, como cerámico de pisos, revestimientos y muebles provinieron de fábricas europeas, como era costumbre para las grandes residencias de Buenos Aires en esa época. En la parte superior de la pared lateral izquierda exterior se observa un escudo representativo de la familia con las iniciales A.B. Las banderolas de las ventanas que dan al frente de la residencia poseen también las iniciales A.B. talladas en madera. Tiene importantes aberturas construidas en roble y herrajes de bronce labrado. Ventanas con exquisitos vitreaux en muchos de sus ambientes, cuentan con sistema de cierre de guillotina.

Inicialmente contó con una cúpula construida en chapa en forma de aguja, la que posteriormente fue remplazada por una de material como el resto de la construcción de menor altura.

Originalmente el predio contaba con una capilla familiar en el lugar donde hoy se ubica el vagón de administración, y un galpón para embarcaciones (nuestro actual dormis).

La casona, denominada entonces Quinta Bullrich, fue lugar de reunión de encumbrados personajes de la época, que invitados por su dueño, un rematador de campos, Presidente del Banco Nacional e Intendente de la Ciudad de Buenos Aires entre 1898 y 1902, participaban de elegantes fiestas y distendidos días de veraneo.

La propiedad estuvo en manos de la familia Bullrich hasta 1967, año en que Elvira Teodolina Lezica Alvear de Bullrich y otros propietarios, la venden a la Asociación Personal Empresa Líneas Marítimas Argentinas A.P.E.L.M.A., quienes la transformaron en recreo. En 1994 es vendida a la empresa Tigre Hotel S.A., quienes la pierden debido a una hipoteca del Banco de la Provincia de Buenos Aires, pasando a ser esta institución su nuevo dueño.

En el año 2001 SUTEBA la adquiere para el esparcimiento de los trabajadores de la educación de la Provincia de Buenos Aires.

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