La «revolución» del 24 de marzo 

Actualidad - DD HH

miércoles, 23 de marzo de 2022

Los alumnos lentamente se sientan, aún están algo dispersos, la maestra con una pequeña arenga insufle algo de ánimo “vamos chicos, chicas que recién es 24 de marzo, falta prácticamente todo el año”.

La tiza comienza a correr, el sonido continuo y su golpeteo constante acalla a los alumnos por un instante quienes poco a poco fijan su vista en el pizarrón y llegan a pescar las primeras palabras.

“Yo creo que las entidades financieras son más peligrosas para nuestras libertades que un ejército en armas. Si el pueblo americano permitiera alguna vez que los bancos privados controlen la emisión de moneda circulante, primero a través de la inflación y luego por la deflación, los bancos y las corporaciones que crecen a su alrededor despojarán al pueblo de toda propiedad hasta que nuestros hijos despierten un día sin hogar y desamparados en el continente que sus padres conquistaron”

-A ver, ¿quién me dice quien dijo esta frase?

– León Trotsky, dice Claudio desde el fondo del aula. La maestra niega con su rostro.

– El Che, dice orgullosa Sofía tocándose la remera para mostrar la imagen en su pecho. La maestra vuelve a decir que no-

– Nico Del Caño, dice Joaquín con una mueca picara en su rostro y todos estallan de la risa.
Silencio chicos, esta frase la dijo Thomas Jefferson , tercer presidente de los Estados Unidos.

Increíble a esta altura que provenga de un presidente de Estados Unidos.

-Pero que tiene que ver esta frase con el 24 de marzo y el aniversario del Golpe? Pregunta otro alumno.

Principalmente porque el golpe Militar, Cívico y Eclesiástico fue un golpe en sentido político, pero principalmente económico. A fuerza de represión, desapariciones forzadas de personas y torturas con la dictadura y sus socios, esa alianza entre militares, factores de poder y una parte de la población que intencional y/o ingenuamente dio su apoyo vino a transformar la Argentina en casi todos sus resortes.                                                                                                                           .
La ley 21526, que de “ley” solo tiene el nombre fue la punta de lanza para hacer un cambio total en el sistema económico y financiero del país, dejando de lado la función de los bancos orientada a un modelo de actividad productiva para dirigirlo casi exclusivamente hacia la especulación financiera y su propio rédito económico.

Hoy en día, luego de 40 años del golpe los bancos controlan prácticamente todos los flujos económicos que se dan en nuestra vida, ya casi nada queda fuera de los bancos, hasta actividades que están fuera de cualquier legalidad utilizan como medio de pago el sistema bancario, hoy esta naturalizado, pero no siempre fue así.
Cuando la “ley” entró en vigencia (junio de 1979) había en Argentina 725 instituciones financieras (esto incluía alrededor de 100 BANCOS PRIVADOS Y PUBLICOS y más de 600 ENTIDADES NO BANCARIAS, cooperativas de crédito, compañías financieras) Hoy, la cifra se redujo a 78 entidades financieras, 63 son bancos, la concentración fue tremenda, 10 bancos, en su mayoría extrajeras controlan en su mayoría el mercado privado. Concentración, extranjerización y privatización fue el resultado de este proceso, abrieron la economía al mundo y el mundo nos llevó puesto.

Con cara de sorprendido Martín pregunta, ¿entonces las ganancias de los bancos pasaron de ser producto de la intermediación financiera, tomas depósitos y dar créditos como en la banca tradicional a ser producto del crédito para el consumo, aranceles y comisiones y las inversiones financieras, mal llamada timba?

Claro. Los créditos para individuos pasaron a prevalecer por sobre los productivos, el cobro de aranceles como por ejemplo comisiones por tarjeta de créditos y las inversiones de activos financieros fueron los principales canales por donde se orientó el sistema financiero.

De esta manera el poder político se licua y los bancos y el sistema financiero pasan a marcar el rumbo de la economía. Dicha ley tuvo varias reformas, pero su espíritu está intacto y los bancos cada día concentran más poder. “Esto es un cambio de estructura de las instituciones financieras argentina, una pequeña revolución que va muchos más lejos de lo que la gente ve. Los vamos a cambiar a todos y a cambiar la mentalidad, que es lo importante “. José Alfredo Martinez de Hoz.

El timbre suena y los alumnos salen con sus mochilas del aula salvo Sofía que sentada en su pupitre se queda pensando meditabunda, que mejor homenaje para los 30.000 desaparecidos que dieron su vida por enfrentar a la dictadura que desmontar de una vez por todas esta ley que tanto daño causo y continúa causando y que, si bien hoy los militares están lejos del poder, su modelo económico continua más vivo que nunca, como el recuerdo de los compañeros que ya no están.

Hoy parece un sueño, ojalá podamos retomar esa consigna.

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