viernes, 23 de septiembre de 2022
Reforma de la Corte Suprema
El proyecto aprobado amplía de cinco ( 4 integrantes efectivos si tenemos en cuenta que la vacante de la Dra Highton de Nolasco no fue ocupada hasta ahora) a 15 (quince) el número de integrantes de la Corte Suprema de Justicia, además de establecer una representación de, al menos, ocho integrantes del mismo sexo, en procura de una mayor paridad de género.
Algunas aclaraciones.
*El proyecto no procura la destitución de los actuales integrantes sino solo sumar 11 integrantes más, lo que deberán ser presentador por el Poder ejecutivo Nacional con aprobación del Senado como hasta ahora.
*La argentina, junto con la corte uruguaya es una de las mas reducida de América, por ejemplo, Brasil tiene 11, Chile 21, Colombia y Ecuador 9 y si ampliamos la búsqueda tenemos al máximo Tribunal de España con 74, Francia con 120 consejeros y Estados Unidos con 9.
*Con respecto al debate si será conveniente o no dividir a la Corte en salas o la integración por regiones (buscando una mayor federalización) está abierto a debate debido a que el artículo 2 del proyecto establece que será una ley futura especial que establecerá la organización y el funcionamiento del máximo Tribunal.
¿Es necesario una reforma? ¿Influye el número de miembros en la institucionalidad y en nuestra democracia? ¿ Y en nuestra vida cotidiana? ¿Es necesaria una Corte con perspectiva de género? ¿Es una Corte centralista o tiene una mirada federal? ¿En base a la experiencia de los últimos años, se encuentra esta Corta a la altura de las circunstancias actuales? ¿Sus miembros a quiénes representan?
Estos y otros interrogantes exceden este pequeño y escueto texto que busca poner en agenda este tema, debates profundos y distintas miradas resultan cruciales para disolver ciertas dudas y llevar adelantes reformas, pero lo que estamos convencidos es que el desprestigio del Poder Judicial en general de cara a la sociedad es enorme. Desprestigio que no solo esta expresado en encuestas o notas televisivas, sino que ese descredito se huele, lo sentimos en el aire, podemos percibirlo en nuestro entorno social mas íntimo y porque no, en muchos casos padecerlo en carne propia, y como trabajadores y trabajadoras de dicho Poder no podemos ser ajenos.
Cuando uno quiere dibujar un cuerpo humano resulta inevitable comenzar por la cabeza, y la cabeza de este Poder Judicial exige una ampliación de perspectiva que lamentablemente ahora no está teniendo.
El debate está abierto, sería un error que solo seamos espectadores
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